miércoles, 26 de marzo de 2014

Seis consejos para tratar con tramposos jugando al golf


La primavera ya está aquí, época del año en la que muchos golfistas aficionados desempolvan sus palos, tras un período de hibernación. Llegan las primeras sesiones de campo de prácticas para desperezar el swing, se juegan las primeras rondas de 18 hoyos y también los primeros torneos del año. Todo esto en busca de buenas vibraciones, aunque a veces se consigue todo lo contrario. Por ejemplo, si nos toca jugar con alguien a quien le gusten las trampas en el golf.
Las Reglas del Golf (así, con la primera en mayúscula) dejan bien claro que hay que cumplir todas las reglas sin excepción, por tanto, es obligación del golfista que detecta que un compañero de partida hace trampas el denunciarlo. En caso de que no lo haga, además de ser cómplice, estará incumpliendo también las reglas, lo que llevaría a una situación injusta con los demás jugadores. ¿Cómo debemos actuar en caso de que uno de nuestros compañeros de partida haga trampas jugando un torneo de golf? ¿Qué se debe hacer y qué no? ¿Cómo debo proceder?
  1. No le des pistas, deja que el tramposo complete la faena: al acabar la ronda el marcador debe firmar la tarjeta del compañero de partida marcado. En caso de que no seas tú el marcador, no te preocupes porque siempre podrás advertir al marcador de lo sucedido y, si este no se da por aludido, al Comité de Competición de turno.
  2. Evita el escándalo a toda costa: los tramposos son capaces de darle la vuelta a la tortilla y desviar la atención, provocando que alguien piense que tú tienes alguna fijación personal y que la acusación de hacer trampas es más un tema personal que otra cosa. No hay que perder la educación, ni ponerse a la altura del tramposo: no merece la pena.
  3. Consigue pruebas: denunciar a un tramposo no es sencillo porque, al igual que en los procesos judiciales, se requieren pruebas fehacientes de la comisión de trampas de manera intencionada.  Avisa a tus compañeros de partida para que se fijen en las “maniobras oscuras” del tramposo, llama a un amigo para que discretamente se incorpore a la partida y sea tu espía, saca una foto, lo que sea. Es importante conseguir alguna prueba que permita superar el escollo de “es tu palabra contra la mía”. Eso sí, aunque no la consigas, denuncia porque así se cortará el tramposo de hacerlo en próximas ocasiones, aunque quien la hace una vez y no es cazado, acaba repitiendo.
  4. Denuncia y persigue la aplicación de “sentencia”: muchos tramposos se libran de su “condena” porque la gente al final se raja y no denuncia su comportamiento por el campoo porque los comités de competición no son todo lo ejecutivos que deberían. Al final, prima en muchas ocasiones el “yo no quiero problemas con nadie” y mirar hacia otro lado, que aplicar las normas para que en el campo de golf jueguen personas y no bandidos. Si no te hacen caso en tu club, dirígete a tu federación territorial o incluso a la nacional.
  5. Evita el rumor y el chismorreo: si hay algo que sobra en los clubes de golf es el chismorreo sobre asuntos que no incumben a la mayoría de la gente. Hay que tener en cuenta que alguien que hace trampas merece el escarnio, pero tampoco hay que sacar las cosas de quicio y hay que pensar que todo el mundo se equivoca y tiene derecho a ser perdonado cuando haya cumplido su “condena”, golfísticamente hablando.
  6. Cuidado con la ignorancia: por desgracia, las reglas de golf son muy complicadas y no es fácil aplicarlas. Es cierto qeu todo aquel que juega un torneo debe conocer las reglas, pero hay que ser realist y, al mismo tiempo, entender que no todo el mundo tiene la misma capacidad para comprenderlas y aplicarlas bien a la primera. A veces, tampoco a la segunda. Es por esto por lo que hay que ser cautos y tener cuidado cuando se vaya a denunciar a un supuesto tramposo, ya que a lo mejor se trata de un caso de una persona que no conoce las reglas lo suficiente o que las está aplicando mal. Esto le pasa hasta a los profesionales que se ganan la vida jugando al golf, así que hay que comprender que a un aficionado que trabaja en otra cosa, se le pueden pasar una, dos o varias reglas por desconocimiento y falta de tiempo para estudiarlas.

miércoles, 12 de marzo de 2014